domingo, 25 de abril de 2010

CONTANDO HASTA 10.

¡STOP! - Me dije a mi misma- respira y cuenta hasta 10 – 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10 –

Ufff..., ¡que alivio!, había podido recuperar todo el material del fotógrafo que tenía grabado en mi ordenador. Una cabalgata de pésimos pensamientos había pasado por mi mente en cuestión de segundos. No podía permitírmelo, debía seguir conservando mi primera posición. La factoría del Arte es una máquina que no funciona como un autoservicio, a pesar de lo que muchos creen.

A veces me invaden unas ansias tremendas de colocar un rótulo luminoso en la CASA A que rezara: “NO ART – CERRADO POR INVENTARIO DE TEMPORADA”, y largarme lo más lejos posible a descubrir los sabores del mundo, un viaje en barco o en avión, a África o Alejandría, da igual, no me importa, con tal de estar unos días en paz, olvidándome de todo aquello que no me gusta: los carnavales, Halloween o la pasión cofrade… Pero no, abrí los ojos y pude comprobar que alrededor seguía habiendo lo mismo: una panadería, una peluquería, y una señora vociferando que era ella quien vendía los bocadillos a precios más económicos. Lejos de volver a hundirme conté de nuevo hasta 10: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10. Encontré aquí el repuesto para seguir adelante: el olor de los azahares.

Cla.

[Micro-relato inspirado en la selección de palabras Pasaje de los Azahares (Sevilla)]

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